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Muchos donostiarras no se habrán dado cuenta, y de los turistas ni hablemos, de una línea marcada en el suelo del Boulevard donostiarra.
La pisamos continuamente cuando pasamos por delante del mercado de la Brecha, pero no hay ningún cartel indicativo de lo que realmente representa.
Os lo diré.
El tramo que aparece en la fotografía, es, sin lugar a dudas, el que más dolor y sangre ha conocido de nuestra ciudad. Es el lugar donde se conectaban las principales fortificaciones implicadas en los sangrientos días del sitio de 1813. Aquí confluían el semi-baluarte de Santiago (llamado por los franceses de San Juan), la cortina principal del frente de tierra, y el cubo de Hornos, desde el que arrancaba la cortina de la Zurriola.
Todo este conjunto fue reducido a la más absoluta ruina, por el mayor bombardeo que la historia militar había conocido hasta el momento. Esos metros cuadrados tuvieron el cuestionable honor, hasta la aparición de la guerra moderna, de ser el terreno más bombardeado. Nada más y nada menos que dos trenes enteros de sitio se dedicaron a ello, o lo que es lo mismo, el doble de piezas artilleras de las que se hubiesen empleado en un asedio de similares características.
Pero a la sangre vertida por los franceses en espera del asalto (sorprendió a los aliados la cantidad de cuerpos de artilleros franceses decapitados que encontraron tirados tras las murallas), se sumó un torrente inmenso cuando se procedió a los dos asaltos, el fallido del 25 de Julio y el definitivo del 31 de Agosto de 1813.
¿Cuántos jóvenes pudieron morir en esos metros cuadrados en el transcurso de todo el asedio?
Las cifras sólo pueden ser aproximativas, pero yo calculo a groso modo que en este lugar el millar de vidas truncadas se superó con gran holgura. Son números fríos, que muchas veces nos dejan indiferentes, pero os recuerdo que cada uno de ellos representa un inmenso dolor y sufrimiento de una familia entera. Padres, madres, esposas, hermanos e hijos, que jamás volvieron a ver a su ser querido, y desconocerán el lugar de su eterno reposo, si es que lo tuvo.